EJE PEDALIER

Apasionante ruta por el corazón de Bizkaia y de Gipuzkoa. 

Ruta que circula por carreteras con considerablemente poco tráfico, quitando un par de zonas puntuales muy breves. 

Empezamos la ruta en la localidad vizcaína de Durango, desde donde nos dirigiremos a Elorrio pedaleando por carreteras muy secundarias y evitando así la nacional. Una vez en Elorrio nos enfrentamos a la primera dificultad montañosa del día. La subida que lleva hasta Elgeta es breve pero bastante empinada con 3 kilómetros entre el 8-9% de desnivel medio. Además, una vez llegamos a Elgeta giramos a la izquierda dirección Eibar, prosiguiendo la subida un par de kilometros. Desde aquí una rápida bajada hasta la villa armera, a la que entramos por el estadio de Ipurua. Atravesamos el pueblo (2 calles) y cogemos dirección Arrate, debidamente marcado por las señales de tráfico. 

Nos enfrentamos en Arrate a una de las subidas más mágicas del ciclismo vasco, escenario de grandes gestas y puerto venerado por muchos. No se trata de un puerto largo ni excesivamente duro, pero tanto el entorno boscoso como la pasión que se ha derrochado por este asfalto nos va embriagando durante los 3 kilómetros más duros de la subida. Llegamos hasta la iglesia de Arrate y volvemos el terreno andado (los 3 últimos kilómetros, los más suaves) hasta coger el cruce hacia Markina y coronar ipso facto el alto de Ixua. 

Una nueva bajada juguetona y sinuosa nos lleva hasta Etxebarria, donde cogemos hacia la izquierda una carretera algo más ancha, dirección Markina. Pasamos Markina y salimos del pueblo dirección Durango. Enseguida apartamos hacia la derecha dirección Bolivar/Munitibar. Un nuevo puerto (Gontzegaraigane) nos espera en los 5 siguientes kilómetros, siendo los 2 primeros muy suaves y los 3 últimos sostenidos al 6%. Enseguida nos ponemos en Munitibar tras una breve bajada y desde aquí cogemos una carretera que nace hacia la izquierda, bien señalizada, dirección a Balcón de Bizkaia. Después de llevar todo el día subiendo y bajando, como no podía ser de otra manera, nos aventuramos a una nueva subida, 4km en este caso, que nos llevan al fantástico mirador vizcaíno. 

El terreno que nos queda hasta completar la ruta circular y volver a Durango es realmente agradable, primero con una breve bajada y una zona de llano, y luego con una larga bajada por una carretera preciosa llena de curvas cerradas de herradura. La entrada a Durango la hacemos por un polígono, para evitar lo máximo posible la nacional. Nos hemos ganado un buen pintxo!!