Acerquemos el ciclismo a los pequeños y pequeñas
February 07, 2017
25 de diciembre. Te levantas y lo primero que ves es debajo del árbol es una brillante y limpia bicicleta. No sabes muy bien si le vas a dar mucho uso, porque tu cuadrilla se mueve más en otro tipo de deportes, pero el verano del año siguiente le quitas el poco polvo que haya podido coger y pedaleas por las calles de tu pueblo.
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Cada vez que encuentras esa cuesta empinada de la mayoría de pueblos, tu mente cambia y te conviertes en Mikel Landa, Alberto Contador, o el mismísimo Marco Pantanti, retorciéndote mientras te acercas a la cima. De repente aparece un pequeño Mark Cavendish, o un Mario Cipollini en miniatura en el momento en el que ves una recta en la que manejar los cambios y darlo todo. Ese mismo verano decides apuntarte al equipo ciclista de tu barrio, con la intención de llegar lejos y poder repetir esos pequeños hitos, en este caso, ante cientos de ojos que te siguen desde las cunetas.
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Alguno se preguntará a dónde quiero llegar con esta historia, y yo me pregunto: ¿al igual que idolatramos a grandes deportistas en otros deportes, este niño o niña, que un día descubrió la sensación del viento en la cara gracias al esfuerzo de sus piernas, no podría soñar con estar cerca de los ciclistas a los que algún día le gustaría emular? Alguno podrá decir que ya está lo bastante cerca cuando va a disfrutar de las carreras en directo, ¿y si se pudiera acercar un poco más?
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Estos días se está hablando mucho sobre la polémica suscitada por la decisión de varias
organizaciones de pruebas ciclistas de suprimir las azafatas de la entrega de trofeos. Varios ciclistas han declarado estar de acuerdo con esa decisión. Yo voy más allá, y además de decir que estoy de acuerdo con esa decisión, propongo hacer felices a esos niños y niñas que desde pequeños sueñan con acercarse a sus ídolos ciclistas y hacerles partícipes de la alegría de este último. Propongo sustituir a las azafatas por niños y niñas de los clubes ciclistas de las zonas por donde transcurren las carreras, que puedan estar cerca de sus ídolos, no sólo pudiendo aplaudirles desde las cuentas o desde detrás de la valla en la llegada. ¿Qué opináis?